Cómo fue la primera “Oscar Freire”
Este sábado hemos estado en el primer Desafío Oscar Freire en Torrelavega, Cantabria, la ciudad natal de nuestro crack de los campeonatos del mundo. De las tres modalidades que se ofrecían (carretera, montaña y combinada) hemos participado solo en los 125 km de la ruta en carretera: nos ha encantado el recorrido, aunque el concepto marcha cicloturista ha quedado solo en el papel, ¡hasta la Guardia Civil te metía prisa! Esperemos que el año que viene repitan aprendiendo de los errores.

El recorrido
Torrelavega, localidad industrial, no es ninguna maravilla para los estándares de una cicloturista, pero en cuanto te alejas un poco, da mucho juego. La marcha hacía un circuito en dirección oeste que primero discurría por el interior y después por la costa, siendo el punto más alejado frontera entre Cantabria y Asturias, en la misma playa. Nos ha gustado especialmente el paso por San Vicente de la Barquera y la subida que había justo después, dejando unas vistas fantásticas al mar. También ha sido un lujo pasar por Comillas y por el mirador de Ubiarco, aunque para llegar a este último hay que pasar por un par de subidas un poco desagradecidas, especialmente para ser las finales; quizá habría sido mejor atajar por Santillana del Mar. Tampoco estaban nada mal el primer tramo de ida por el interior, más montañoso, y desde el que a veces se alcanzan a ver los Picos de Europa.
El ambiente
Durante la recogida de dorsales el viernes, no había más que fijarse en los escasos kilos de los participantes y en los precios de sus bicis para tener claro que íbamos a acabar de los últimos, aunque no esperábamos que fuera para tanto finalmente. Además, por la mañana han aparecido figuras como Oscar Pereiro, Barredo y un montón de amigos de Oscar Freire que tenían pinta de haber hecho muchas perrerías con él años atrás. Aunque en el reglamento se mencionaba el carácter no competitivo y cicloturista de la prueba, nada más salir ha habido una estampida digna de una carrera. Nos hemos quedado en las últimas posiciones un grupete de cinco personas bastante confusas, porque rodábamos a unos decentes 25 km/h y teníamos el coche escoba metiendo presión con su motor diesel en nuestras orejas. Como suele ser habitual, a mitad de carrera hemos empezado a pescar a almas errantes y el coche escoba por fin se ha dejado de oír… hasta pocos kilómetros antes de la meta, cuando ha reaparecido cargado hasta los topes de gente a la que prácticamente se le ha obligado a subir. Ahora vamos con ello.
La organización
Con un precio de 39€ para no federados y 25€ para federados, cabía esperar un poco más, aunque hay que ser comprensible con la falta de experiencia y con el poco poder de convocatoria que tiene una carrera en su primera edición: no han sido capaces de conquistar a muchos sponsors. Pero por otro lado, hay que reconocer que media Cantabria se ha volcado con el evento y había Guardia Civil, Protección Civil o personal en cada cruce, haciendo la circulación más segura.
El principal problema ha radicado en que la mismísma Guardia Civil ha reprochado el poco ritmo de los últimos participantes casi desde el inicio. Tan es así que, a partir de los últimos 50 km, a muchas personas les han incitado a subir al coche escoba bajo el pretexto de que estaban colapsando el tráfico. A los últimos que se negaban a echar pie a tierra, les han recortado el recorrido en unos 15 km, bajo la excusa de que los primeros habían llegado ya hacía dos horas. Bueno, ¿y qué? El reglamento hablaba claramente de una marcha no competitiva y no entendemos cómo es posible que desde la organización se haya espoleado a personas que iban a pasar un buen día.
En resumen
Un gran recorrido, buena señalización… pero inaceptable que no te dejen acabar la ruta por lento: ¡es una marcha cicloturista, no una carrera!